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¿Buscas una fruta que combine sabor, nutrición y versatilidad? El Albaricoque Extra es la opción perfecta.
Con su pulpa jugosa y su equilibrio ideal entre dulzor y acidez, este albaricoque es una verdadera delicia que encanta a todos los paladares.
Imagina disfrutar de un bocado fresco y saludable en cualquier momento del día, cargado de vitaminas, minerales y fibra para tu bienestar.
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El albaricoque extra, conocido científicamente como Prunus armeniaca, es una joya entre las frutas de hueso. Este pequeño fruto, de color anaranjado con tonos dorados, es valorado tanto por su sabor dulce y ligeramente ácido como por sus numerosos beneficios para la salud. Originario de Asia Central, el albaricoque ha sido cultivado y apreciado en diferentes culturas a lo largo de la historia, convirtiéndose en un elemento básico de la gastronomía en muchas regiones del mundo.
El albaricoque extra es un fruto pequeño y redondeado, con un diámetro que suele variar entre 3 y 6 centímetros. Su piel es lisa y puede tener un ligero vello, con un color que va desde el amarillo pálido hasta el naranja intenso, dependiendo de la variedad y el grado de madurez. La pulpa del albaricoque es jugosa y firme, con un sabor dulce que puede variar hacia lo ácido según la variedad.
Biológicamente, el albaricoque pertenece a la familia de las Rosáceas, al igual que otras frutas como el melocotón, la ciruela y la cereza. El árbol del albaricoque es de tamaño mediano, alcanzando entre 3 y 6 metros de altura, y florece en primavera con flores blancas o rosadas antes de que las hojas se desarrollen completamente. El fruto madura a finales de la primavera o principios del verano, dependiendo del clima y la ubicación geográfica.
El albaricoque tiene una historia rica y antigua. Se cree que se originó en Asia Central, en la región que actualmente es Armenia, de ahí su nombre científico Prunus armeniaca. Desde allí, los albaricoques se extendieron a través de la Ruta de la Seda hacia Persia y el Mediterráneo. En Europa, los romanos fueron los primeros en cultivar el albaricoque, y desde allí, su cultivo se extendió a otras partes del continente, incluida España.
En España, el albaricoque se ha cultivado durante siglos, especialmente en las regiones de Murcia, Comunidad Valenciana y Andalucía, donde el clima mediterráneo proporciona las condiciones ideales para su crecimiento. A lo largo de los años, los agricultores han seleccionado las mejores variedades para mejorar la calidad y el sabor del fruto, desarrollando lo que hoy conocemos como albaricoque extra, una variedad apreciada por su sabor intenso y su textura firme.
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El albaricoque extra es una excelente fuente de nutrientes esenciales. Es rico en vitaminas A y C, que son potentes antioxidantes que ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres. La vitamina A es especialmente importante para la salud ocular, mientras que la vitamina C refuerza el sistema inmunológico y ayuda en la absorción de hierro.
Además, el albaricoque es una fuente significativa de fibra dietética, lo que lo convierte en un aliado valioso para la salud digestiva. La fibra ayuda a regular el tránsito intestinal, previene el estreñimiento y contribuye a mantener niveles saludables de colesterol. El albaricoque también contiene minerales como el potasio, que es esencial para la función muscular y la regulación de la presión arterial.
Uno de los aspectos más destacados del albaricoque extra es su bajo contenido calórico, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes buscan mantener un peso saludable. Su alto contenido en agua contribuye a la hidratación y ayuda a saciar el apetito, lo que lo hace perfecto como snack saludable en cualquier momento del día.
El albaricoque extra es increíblemente versátil en la cocina. Se puede disfrutar fresco, como un bocadillo saludable, o incluirlo en una amplia gama de recetas tanto dulces como saladas. En la repostería, el albaricoque es un ingrediente estrella en tartas, pasteles, mermeladas y compotas. Su sabor dulce y ligeramente ácido lo convierte en el complemento perfecto para realzar los sabores de otros ingredientes, como almendras, miel y vainilla.
En la cocina salada, el albaricoque extra se utiliza para dar un toque de dulzura a platos principales, como guisos de carne y ensaladas. Su sabor combina a la perfección con carnes blancas como el pollo y el cerdo, así como con cordero, creando contrastes interesantes que elevan el plato a otro nivel. Además, se puede utilizar para preparar salsas agridulces, marinadas y chutneys, aportando una riqueza de sabor única.
Por último, el albaricoque extra es una excelente opción para secar y conservar, lo que permite disfrutar de su delicioso sabor durante todo el año. Los albaricoques secos son una fuente concentrada de nutrientes y son ideales para agregar a mezclas de frutos secos, cereales o como un snack saludable por sí solos.